Me robe el rostro del olvido
Y lo teñí de lluvia
Para que el viento
La esparciera por la vida
Y dejará de ser
Una incógnita por el camino
Y me quedé vacío
Con el crepúsculo literario
Y me hice un punto
Y unas comas en la interrogación
Del silencio
La razón se quedó paralítica
En las contiendas de la palabra
Muda como el silencio
Y serana como la montaña
Después de la tormenta
Escampó en la verde pradera
Y el horizonte se hizo cielo
Me robé la palabra
Y la dejé en el cubículo del alma
Hospedando la poesía
aapayés