Ladran las estrellas

Quiero escribir
Algo que no exista en mí pensar
Lo intento y solo logro encontrar
Lo que ya existe

Ladran los perros
Ladran los rufianes
Y el destino se aproxima con capricho
Sonrojándose al sol
Al cielo y las estrellas
Que aglutinan las siluetas de mi vida
De niño
De adolescente
De viejo
Y así
Ladran las estrellas
Iluminando a media noche sus gritos compartidos
Con el olfato del silencio
Que carcome mi camino
Ladra el sol
Ladran las estrellas
Ladran de porquería los rufianes

aapayés. 

En el silencio nocturno del te quiero

                                                                                                                                                                     

Sí los gestos de la vida en el amor
Los guardáramos para siempre
En el rincón de nuestros cuerpos

Me quedaría
Dibujando tu nombre
Con el roce de mis labios
Deslizando tus mejillas
Con el beso inesperado
En el silencio nocturno del te quiero

Mis manos
Acariciando tus cabellos
Con la mirada penetrada en tus labios
Antes de sentir el beso cómplice del deseo,
Mis pestañas dibujando tu silueta
Dictando el te amo imprescindible en el amor.
Con el beso del buenos días
Antes que sientas mi presencia cotidiana

Los momentos que enriquecen
El suspiro
Del grito deshojado con tu nombre
Con la tormenta de caricias,
Asimilando tu presencia en mis entrañas
Calcando la armonía de tu esencia,
Mujer
Que late en cada pulso
Heredado de tu vientre,
Con tu sonrisa tatuada en mi pecho
Abrigando-me por siempre a tu lado

aapayés. 

Diluvio de emociones en segundos

Diluvio de emociones en segundos
Gritos
Desgarras mi cuerpo con tus poros
Muerdes mis labios aguerridos
Con tu boca delirio del deseo


Suspiras
Amarrando mis caderas con tus manos
Me aproximas
Con silencio agónico pasión
Furia,
Aceleras las caderas,
Movimientos
Complacientes a los míos
Son los nervios que despiertan tus entrañas
En el gesto más intenso del deseo
Caricias,
Tarareo mis gemidos,
Abrazados fulminamos con pasión
Y quedamos enlazados,
Descansando la tensión


aapayés. 

Unificar el alma con el destino de tus labios

En el aroma cotidiano de tu cuerpo
Abriga mi cariño
Por seguir viviendo a tu lado,
Pido tu compañía
Y te entrego a cambio
El amor,

Mis pensamientos infinitos a tu presencia
Mi cuerpo abierto a tus caricias
Mi silencio cómplice con ternura
Me comprometo:
Unificar el alma con el destino de tus labios
Calcando la vida solidaria entre tus versos
Anidando en tu cielo cuerpo mis deseos
Y el suspiro cotidiano en nuestras manos,
Aferradas por siempre
A las caricias mas sublimes de un te quiero
En la acción conyugal de nuestros cuerpos
Conquistando el secreto
Mas intimo de nuestro amor

aapayés. 

Castigada por el viento olvido del te quiero sin retorno

Nací ayer recordando
Las siluetas de tus cabellos
Los expuse en mi ventana
Terciopelo cielo de mis pupilas,
Dibuje tu cuerpo calcinado
Tus cabellos dejaron de existir,
Acaricie tu rostro con mis lágrimas
Corriendo moribundas
Mojando las veredas de mí pueblo
Y los nombres de los miles no encontrados

Nací ayer despertando de mí sueño,
No podré acariciar tu rostro con mis ojos
Mis manos y los besos
Que pregonaron a diario mi cariño
Tatuándose en mí pecho de tu ternura,
Tu cálida sonrisa
Iluminando mis recuerdos maternales
El manto blanco cubre mi memoria
Dibujando mi silueta, cabellos, canas
Pisoteada por el tiempo recorrido
Después tu partida

No pude atarme a tus manos
No supe encontrarme en el silencio
No volví a ver tu silueta
Dibujando tú camino,
Me quede con tus palabras
Del te quiero y hasta el pronto
Enmudecido por tu ausencia,
Mi memoria condena a los culpables
Y la entrego
En el silencio grito con tu nombre
Castigada por el viento
Olvido del te quiero sin retorno
Madre, mayo tu presencia

aapayés. 

En el embrión del silencio acumulado

Esencia de la vida
Palpita tu presencia en mi pecho
Existo
En el embrión del silencio acumulado
En mi destino te percibo
Perpetuo tu camino
Eres,
Creación

Doblé mis versos en mi mano
Los empuñé
Disparando metáforas escondidas
En la arena del desierto colectivo,
Para nutrir de sueños eternos
Tu presencia
De ternura
De tu amor
De tu alma

aapayés. 

Popol Vuh. Soy un grano de Maíz.

Popol Vuh
Soy un grano de maíz
Más de 500 años,
Un 12 de no sé  qué,
Un grito de no sé  quién,
Cicatriz
Represión, genocidio
Tortura,
Compromiso
Libertad

Popol Vuh
Soy un grano de maíz
Maya
Campesino machete en mano,
Mestizo color miseria
Sandalias
Barro, mi despertar

Popol Vuh
Soy un grano de maíz
Elote
Mazorca
Fibra
Vierto en mi caminar
Sol
Esperanza
Lucha

Popol Vuh: Libro sagrado de los Mayas "Libro del Consejo" o "Libro de la Comunidad" es el libro sagrado de los indios quichés que habitaban en la zona de Guatemala.
Se explicaba en él el origen del mundo y de los indios Mayas. También se relataba la historia de todos los soberanos. Dios nos hizo de Maíz.

aapayés. 

Escondidas en las hojas de tu cuerpo

El sol, con su presencia
Colorea mis venas te ternura
Acumulando de energía mis pinceles
Para amarte con pasión impresionista
En el lienzo erguido de tu cuerpo

Me quemo la lectura,
Leyendo líneas
Deshojando poros
Descifrando las metáforas
Escondidas en las hojas de tu cuerpo


aapayés. 

Voz morena inmaculada de la lucha

Hoy el canto es para vos,
Voz morena inmaculada de la lucha
Hago mía tu existencia en armonía

Argentina exilio fue tu vida
Negra,
Ausencia tu presencia
Canto de ternura tus palabras

Escucho tu voz
En el canto libertario de los pobres
Acaricié tu voz
En la lucha clandestina,
En las celdas aferradas al olvido,
Nacen mis torturas del recuerdo
Abrazado en tu canto sublime por la vida

Morena,
Voz de lucha necesaria
Nacen lágrimas marchitas por tu cuerpo
Son las mías que acarician de ternura tu agonía,
De esperanza son mis lágrimas
Morena canto vivo,
Pululan por los ríos de justicia
Sembrando compromiso tú presencia

Hoy flexiono en llanto tu partida
Y hago mías tus canciones,
Iluminando el camino de lo pobres
Mercedes Sosa Negra Compañera
Siempre con tu Voz Presente

aapayés. 

Delineando maravillas con el óleo marchito de la vida

Goya me dijo que los colores
En estos tiempos de crisis
Son para pintarnos
Devorándonos los brazos

Picasso resucito el cubismo
Para encerrar a los banqueros
Que le robaron al mundo sus riquezas

Dalí levanto la mano entre ellos
Para calcar el surrealismo del cielo,
Ellos comiendo el tiempo estéril de su muerte
Y nosotros esqueletos del silencio compartido

Da Vinci con su renacimiento magistral
Me decía que él inventó el helicóptero
Para capar a los verdugos de la verdad

Van Gogh me ilustro con su post impresionismo
Los colores más hermosos de la tristeza
Con el amarillo sol del nuevo amanecer
Resucitando las miradas
Más solidarias de la miseria
El amor, la sonrisa, la humildad y la esperanza

Y así desfilaron los maestros en mi sueño
Con colores llenos de esperanza y de justicia
Delineando maravillas
Con el óleo marchito de la vida

aapayés.