La soledad
Es ese silencio inmaculado
Que se regocija con los recuerdos,
La nostalgia anónima
Las conversaciones que trascienden
Y se incrustan en lo mas profundo del alma
Escuchó
Cada una de mis palabras
De mis anécdotas,
Con cariño me incline a su reverencia,
Y con el aleteo del viento
Las ventanas bailaban, al ritmo elocuente de la noche
Me senté
Y sin parpadear los labios
Torcí mis dedos
Y se escucharon los versos
En el silencio
Se quedó
Alimentando la compañía de una charla amena
Y al terminar,
Me miró,
Y se marchó
Como había llegado,
Por la ventana
Tomó su vuelo
Y aleteando se despidió
Con el adiós entre sus alas,
Sonriendole al destino de su partida,
Un papillon acarició la noche
La soledad
Es auténticamente silenciosa
Al escuchar,
El tiempo de tu presencia
aapayés