Un silencio escondido
De tanto sacrilegio escrito
Con la mirada obsoleta del amor,
Mendigo astral
De un mundo inexistente en el universo
Del pensamiento
Tengo en la mano
La memoria marchita del pasado
De ti, piropeando a las mariposas
En el espejo de tu despertar
Tengo en la memoria
La mano extendida a ti,
Para acariciar la verdad del tiempo
Tengo en la mano
La memoria partida en mil pedazos de hormigón
Acorralando la verdad llena de ternura
Tengo en la mano
Los labios humedeciendo tu nombre
Con el cigarro
Fumando la vida
aapayés