Hay una porción de mi vida
Que esta hecha de golpes viscerales
En lo físico, como moral
Hay una porción de ésta historia
Que no está escrita en poesía
Se desvanece sigilosa por el jardín del destino
Se precipita por el sendero de mis ojos,
Con lagrimas en las manos
Pinto las tempestades del egoísmo,
Sin dejarle espacio al grito ausente de la muerte,
La que me acompaña, atenta a mis errores
La acaricio con besos compartidos
Nos comunicamos, cuando se presenta, inquieta
Con intención de llevarme a su lado
Ella, hermosa y silenciosa
Coquetea con caprichos encantadores,
Quiere tomarme en sus brazos y
Llevarme a su lecho eterno
La espero y la deseo, como deseo vivir,
Todo en su debido momento, le digo,
La beso con ternura
Sin darle la oportunidad de que me abrace,
Sería el fin de mi existencia
La amo
La siento
Y me deja vivir por el momento,
Pero se marcha con un ¡Hasta pronto! en sus labios
aapayés