Inmensa soledad,
tan sensible,
en un diminuto espacio.
Un sentimiento
que arruga el corazón y el alma
cuando de amor se trata.
Pero la soledad
es también un placer
lleno de amor ausente,
de letras perpetuas
que deambulan por el pensamiento.
Esos diminutos seres
-que son letras, palabras-
dan vida,
transgreden la ilusión,
esa ilusión perdida,
muda en el silencio ausente de la idea,
del momento.
Es ese placer inmenso
que inunda el alma
y hace nacer versos,
poemas que desnudan tu ser,
íntimo sentimiento.
Las letras son palabras
que nacen desde lo más profundo
para gritar la soledad
que te acompaña,
siempre te acompaña,
y te dicta el amor
de plasmar la soledad.
Las noches de luna muda
que te observan
e invaden con la tentación
de vivir amando
la soledad.
La triste soledad,
vitoreando el silencio.
aapayés

