Solo es de esperar
El fin de los días
Del tiempo inmaculado de vida
Inoculando lunas
Apaciguar el llanto
En el llano productor de aliento
Desafío a la tristeza
De la riqueza me aíslo
Y me pierdo en el discurso
Del desierto insensato
De tanta melancolía
Usurpando la distancia
La crueldad de la soledad
Se vuelve un credo
En el cabildo,
En un páramo perdido
Desafío la pulcritud de la luz
Sentado
En el árbol
Terco de perder la vida,
Yace erguido en la pampa
Y yo allí sentado
Imaginando el vuelo
De las golondrinas
En la catedral de la imaginación
Solo toca esperar el momento
Del plazo escrito en el horizonte
Suelo ser un aliento en el desierto
En la catedral de la imaginación
Me acomodo y grito al aire
Las miradas que nacen por tenrte
Imaginación perpetua
En la soledad del alma
aapayés