Corregí el amor platónico
con una caricia,
pero mi mirada estaba ausente,
como el aleteo frágil de una mariposa,
como el ágil vuelo de un colibrí.
Mas no estabas tú,
taciturna y fiel compañera
de mis versos.
Corregí el amor platónico
al arañar el verso
de un amor compartido
en la poesía de tus labios;
leyendo los deseos de tu cuerpo
con la imaginación que me concierne,
para cambiar lo platónico
por el vuelo de una mariposa
que coquetea al colibrí.
Esa imagen
es ya mi manera de vivir:
soñando con el amor.
aapayés