Cuando menos lo imaginé,
Estaba frente a ese mundo
Que llenaba plenamente mi vida.
Su presencia era un torbellino de amor,
Entre la tentación de acariciarla
Y la impotencia de expresar lo que sentía.
La miré, anonadado,
Frente al sueño de mis sueños.
Era ella:
Una luz infinita
Que cegaba la imaginación.
Amarla,
Sentirla,
Murmurar su nombre,
Sellarlo con un beso de ternura
Y amarla para siempre.
Mi sueño,
Mi ilusión de sentir su presencia...
Allí estaba,
Y yo la acariciaba
Con mis ojos
Y con el silencio del amor.
aapayés