Al lado del edificio de mi silencio
Habita un mundo
Que no existe.
Todas las noches
Evocan con sabiduría
La oración del olvido.
Y de repente,
El bullicio desnuda la soledad
Y se escucha el grito del alma.
Al lado del edificio de mi silencio
Existe el tiempo
Que no para de girar,
De girar, de girar...
Y giro la mirada:
Se vuelve luz
En la imaginación del testamento,
Sin escribir nada
Que no sea silencio.
Al lado del edificio de mi silencio,
Los párpados de mi lectura
Hojean las páginas del testamento
Sin leer nada, sin sentir nada
En el alma de mis pupilas.
Al lado de mi silencio
Se derrumba el edificio de amor.
aapayés