Y ese abrigo de amor
Que me dio calor
En las noches frías,
Cuando el alma se congelaba.
Tu cálida presencia
Acariciaba el tiempo,
Mientras el vino se esfumaba
Entre el humo del cigarro,
Opacando tu figura…
Y aún así,
En la penumbra,
Me dabas el fuego
De tu sentimiento.
Bebiendo la vida contigo,
Guardé ese abrigo.
Ahora, a la distancia,
Sigo sintiéndote cerca,
Como si nunca te hubieras ido.
Un beso, amor…
Siempre serás
El refugio de tu ausencia.
aapayés