Que la brisa de tus palabras
Me acompañe
El tiempo que nos queda
Diminuta imaginación
En este efímero mundo
De la nostalgia
No seré el viento
Que acaricié tus cabellos
Serán mis manos
Las que enarbolen tu silueta
Y argumenten con ternura
Los versos sublimes de tu presencia
aapayés