He tirado la primera piedra
Por ser culpable
De lo que se me acusa
Y un ciego vidente
En las lecturas del alma
Infligiendo
Un arancel de gestos
Con las pestañas
Que acarician mi silencio
Y esta inquietud marchita
De amar a la distancia
A alguien que no merece amor
Sin ser
Una lágrima en el cielo
Me declaro culpable de todo
Lo que un día fui
Queriendo ser feliz
En los brazos del alma
De alguien que jamas conocí
Teniéndola a mi lado
Uno, dos, tres y cuatro
En el cuarto de la misericordia
Angelical de la honestidad imaginaria
Y allá va
La silueta marchita
Del olvido
En los brazos
De un pez surcando la nostalgia
Uno, dos, tres, cuatro
Me declaro culpable de todo
aapayés