Ya no siento el calor de tus besos
Ni las caricias de tu mirada
Que sonrojaba mis deseos
La lluvia ya no es la misma
Sus gotas son como espinas
Que salpican el alma,
Los truenos son gritos de agonía,
El sonido de amor de tus manos
Dejó de ser poesía
Ya no siento tu presencia
Como antes
Y me quedo ausente
Al leer tu mirada
Un poema a la orilla del camino
aapayés