Tengo heridas las manos,
Escribir no me cuesta,
Me duele acariciar el teclado de mis pensamientos
Y plasmar en la pantalla
Un ápice de mis locuras,
Sin saber que en algún lugar
Me lees y no entiendes las heridas
Tengo el dolor en las manos
De un crucifijo imaginario
Llevo en los labios
Tu lengua humedeciendo la rutina
De escribir por nadie, nada
Tengo las manos dobladas en el escritorio
Morboseando inquietudes
Con el lenguaje de las palabras
Heridas del alma
Tengo mis dedos escribiendo tu nombre
aapayés