No guardé el calor de tus manos
En mis labios
Ni el beso de tu mirada
En mi pecho
Olvidé doblarlo en el bolsillo del corazón
La noche que torcimos el silencio
Con el llanto celestial de la luna,
Brillo espiritual de tus ojos
Moldeando las caricias de poesía
No pude guardar el calor de tus labios
Con la ternura de tus cabellos
Ni con el gesto sensual de tu cadera
Me quedé con el adiós imaginario
De un suspiro inmaculado,
De tus piernas
Esperando en el camino de la noche
El beso de un amor en armonía con la luna
No pude guardar el espasmo de tu cuerpo
Con el ritmo acelerado de mis deseos
No guardé el calor de tu cuerpo
En el latido acelerado de mi sexo
Ni en el libido reciproco de nuestros besos
Un apretón de manos
Culminó con los latidos de nuestros labios
Y con la mirada perdida,
Y la sonrisa del placer cumplido
aapayés