Está tan cerca el adiós y tan lejos el beso,
Que al amanecer,
Está fresco el tiempo
Y cálido el silencio
Que el orificio de la cerradura
Tiene impregnado el perfume de tu mano,
Al abrir el cuarto de tu cuerpo,
Y endosarlo con el beso,
Sumiso de tus piernas
aapayés