Tu ausencia es un pliego de ceniza
Donde mis dedos queman las veredas
Viejas monedas de la duda
Descifro el mapa de tu sombra
Un abanico de llamas azules
Que me desviste frente al espejo
De escribir en lengua de lluvia
Amar el verso es morder la huella
Que dejó tu voz en mi costado,
Es beber tinta de silencio
Y firmar con nombre de niebla
Nuestro amor en clave de exilio.
Escribo un incendio,
Lo siembro en la garganta
Antes de arrojarlo al viento
Lápida blanca de tu nombre
Saturada el alma,
El silencio me teje un sudario
Con el hilo de tu aliento.
aapayés