Hoy quise arder en el poema,
Convertir mi piel en pergamino,
Pero solo brotaron versos
-Gritos secos
Que mordían la página
Como lobos hambrientos.
Fue una risa de ciclón,
Azúcar y cuchillos bailando,
Mientras los versos -rayos
Incendiaban el silencio
Con su sed de ser escuchados.
Hoy escribí con carbón
En las paredes del infierno,
Y crecieron los versos
-Frutos podridos del Edén
Que ningún ángel osa recoger.
Que la tinta sea tu sábana
Y yo, la sombra que la mancha.
Amén.
aapayés