Diálogo en los abismos
He hablado a solas
Con el excremento
En una celda fría
Que olía a infierno.
Cambié mis palabras
Por jergas de tortura,
Mientras el orín
Néctar de injusticia
Me recordaba
La barbarie humana,
El hocico impune
De lo deshumanizado.
Fue una charla amarga
Con el excusado,
Su sabor a patria
Ensangrentada,
A monedas podridas,
A sonrisas crueles
De un sistema
Que agoniza sin prisa.
Desde entonces,
Me queda el alma
Con gusto a mierda
Y cicatrices de odio
Todo ocurrió
En una cárcel sin nombre
De El Salvador,
Un día sin fecha
Hecho de desaparecidos.
Y guardé silencio
Las noches infinitas
En que me obligaron
A beber el horror
En vasos de oscuridad.
Cárceles clandestinas
aapayés