Hace mucho
Que no pinto
Ni siquiera
Una sonrisa en la pared
Una lágrima de alegría
O
Un abrazo de ternura
La imagen ausente
De mis secretos
Son solo un abismo
Del silencio aterrador
En las murallas de la poesía
El óleo no existe
Sin decir un color de amor
El aceite que recorre mis manos
Son un líquido imaginario
En el lienzo de la derrota
Los colores se esparcieron
Con el viento
Emancipador de mis pinceles
Hace mucho que no pinto
Ni siquiera un dibujo
En mi silencio
El carboncillo se pierde
En el escritorio huerfano
De mis manos,
Mis dedos se tiñen de carbón
Y mi rostro emancipa
La tristeza
Hace mucho
Que no acaricio un pincel
Para escribir tu rostro
Y colorear
La belleza que hay en ti
Hace mucho
Que no pinto en mi,
El alma ausente del artista
Quedó marginado
En la cuota del placer
Coqueteando con la inspiración
Hace mucho
Que dejé de pintar tu nombre
Pero escribo tu rostro
Todos los días de mi agonía
aapayés