El comején se precipitó
Por el andén de la calle
Y grito furioso
¡Que demonios hago aquí¡
Perplejo y solo
Se dejó llevar por la corriente
Del aguacero
Una vez llegó a su destino
Emprendió su regreso a su vivienda
Miles de kilómetros
Serían unos dos pasos
Al caminar
Tomó su tiempo
Y se dejó llevar
Por el viento
Esa brisa que acaricia el rostro
Al escampar
No sé si habrá llegado a su destino,
Pero si, que continúo queriendo llegar
-Pienso
Y leo
Una caricia en el atardecer
De un día más
En la vida de un comején
aapayés