El destino no existe
La imaginación de amarte
Es un apetito sin medida
Se alimenta de ti
En el sueño
Intransigente del tiempo
Sin saber por qué
El destino es un sorbo de agua
Fresco y transparente
Sin medida y sin mesura
La tentación es tan frágil
Que al acariciar tu mirada
Me haces devorar el tiempo
Y la vida se vuelve incierta
El destino no existe
En la cuadra de mi casa
En la esquina,
Hay un verso escondido
Que se irrita
Al escuchar los pasos del vecindario
Uno
Dos
Tres
Y así se van acumulando
Como el tiempo
Merodeando el destino
Que no existe
Y así me dejo llevar
Y naces en la imaginación
Del destino incierto
Por las calles de mi casa
aapayés