Arde la mañana
De recuerdos instalados
En la ventana
Las hormigas en fila
Runrunean las inquietudes
De un pasado innecesario
Que toca la sinfonía
De un sueño recién parido
El río corre
Y las vibras de una corriente apacible
Y transparente
Me baña la sensatez de seguir soñando
Cuelgo los versos
Y la poesía se incrusta en los orificios del tiempo
Brillan mis ojos a la luz del día
Y se mezclan con el amor
De un pájaro volando herido
Y con esperanza de llegar a su destino
Arde la mañana
Y nacen versos de un amor vilipendiado
Desnudo y frágil
Brilla la esperanza de seguir escribiendo
Un verso en la ventana
Un poema en la mañana
Y una caricia en el corazón del enemigo
Y nacen versos de amor
En los labios
Humedeciendo tentaciones
Arde la mañana
Y escribo un deseo en silencio
Y naces tú
Poema imaginario de un amor invisible
En la ventana
aapayés