Doblo el pensamiento
Y lo dejo reciclado
En los libros que un día
Dictaron las caricias
Humedeciendo versos
Deambulo mísero y cuerdo
Con la conciencia a ciegas,
Con la sonrisa escondida
Al despertar, al caminar
Con la certeza de descifrar
Las incógnitas
Que carcomen el alma
Dulzura pueril de un beso
Tatuado en la ventana,
Congelado por la distancia
Y por el frío norte de la vida
Sin encontrar respuesta
Me inclino a tus besos
Y los guardo en el olvido
Del colibrí aleteando la tristeza
Vuelo
Vuela
Y dejemos un beso en la soledad
Guiñando la ternura
Reciclada en los libros de la biblioteca
Del tiempo
Sin encontrar un verso en mis ojos
Ni una letra en el teclado del recuerdo
Maquina abandonada
En el cuarto del silencio
aapayés