Esa ultranza locuaz de tu delirio
Enaltece la sobredosis de tus encantos,
Mientras las yemas de tus dedos
Palpitan las escrupulosa tentación de la piel,
Aroma que gesticula el deseo
Y del placer aglomerado en el cuerpo, tu cuerpo
Locos matutinos y nocturnos
Nos embelesan los versos escritos
Con las mismas yemas que palpitan las letras
De un libro escondido en tus ojos
Y tus piernas
Nos regocijamos con el coito ocasional
Y el orgasmo que trasciende al relax
Con la sonrisa amplia,
¿Te acuerdas?
De los dedos escribiendo poesía
De los versos que coquetean
Con la imaginación morbosa
A ultranza entre las piernas y los labios,
Parafraseando los momentos del fluido corporal
Entre las piernas y los libros
Mis yemas son la tentación de la escritura
Lo impensable e imposible en la practica sexual de la vida
Entre tu y yo,
Nos dibujamos las esquinas de nuestros cuerpos
Con la esencia del orgasmo perdido y ausente,
Pero la poesía nos delata en los deseos
Me dedico a ti, como tus manos a la cocina
Y las yemas a tus poros tildando poesía,
Y el café, meditando el humo de tu cigarro
aapayés