Un jazmín en la ventana de tus ojos
Relampaguea los azulejos del vitral del silencio,
Rociar la mañana con la nostalgia del día
Y merendar bajo la sombra de tus brazos
Es un paraíso en medio del conflicto citadino
Me dejaré embrujar por tus labios
Leyendo versos en este laberintos de lagrimas,
La lluvia acaricia la lectura
Con cada gota brotando por el pasillo de tu cuerpo
Un beso en silencio
En medio de la lectura musical de tus labios
Y tu voz, arrullando la poesía
Con la elegancia matutina de tu cuerpo
Desnudo a mi,
Doblegado al canto celestial de tus cabellos
Cúspide existencial de tus canas
Rodeando la memoria de un amor eterno
Y fraterno en la tempestad del tiempo
Delirar es gratis
Mañanear con tu presencia,
Un amor incalculable a la poesía
aapayés