Me regocijo saber que no existo
Que soy materia en descomposición
Alérgica manera de vivir, viviendo sandeces
De un amor sonriéndole a la ternura
Camuflando los versos oscuros del descontento
Amor a primera ingenuidad de creer en el beso
O en la caricia que te arranca el aliento
Del corazón ardiendo por su presencia
Ingenua manera de vivir sandeces del destino
Me regocijo y murmullo las mentiras
De la lealtad en el oído ajeno a todo
De un atardecer tomados de la mano del viento
En la ciudad perfecta de los sueños,
La pesadilla parió conmigo
La sensatez de sonreír las anomalías escritas en los ojos
Virtud elocuente en el manicomio de los encantos
Me regocijo virtuoso
Con la malicia mas ingenua de un te amo
En el abecedario del dormitorio
O en el escusado antes de echar el agua
Sorpresa
La ironía parió conmigo
Las tentaciones bursátiles
En los versos mas tristes del universo
Me regocijo saber
Que apenas comenzamos a vivir lo nuestro
En la bañera helada del crepúsculo
Sórdido y fiel a tu belleza espiritual de la mentira
Un amor incalculable en la mazmorra de la poesía
aapayés
