Robarle un segundo a tu silencio,
En la lectura
Poética del destino,
Arropar con algodón tus pestañas
Y teñir de dulzura tus encantos
Robarte un beso
Qué no daría,
Por alcanzar con ternura tu presencia
Estar allí,
A tu lado
Moldeando vida
Acariciando el alma,
El amor perpetuo de un beso
De una caricia
De una sonrisa
De un atardecer y amanecer
Enlazados al silencio frágil del tiempo
Robarte un si
Al café meridiano de la vida
aapayés