Desperté apresurado
Gritando nombres que me acompañaron el sueño
Corriendo y sin vestirme el rostro
Tome la camisa en mis manos
La amolde a mi cuerpo,
El pantalón me hizo cosquillas en los testículos
Que saltaron a carcajadas
Al sentir el aroma de mis versos
Llegué al teatro de
Champs-Élysées
El concierto estaba listo para comenzar
Busqué mi butaca, me senté religiosamente
A esperar el momento intenso del silencio,
Entre tanta oscuridad y luz tenue
Apareció la silueta de Cortázar
Caminando hacia la butaca continua
Religiosamente nos saludamos
Y en un estirar de brazos
Nos encontramos frente al concierto de Ígor Stravinsky
Junto a Jean Cocteau que declamaría su poesía,
Bajo la dirección del maestro
Cortázar anonadado,
Queriendo encontrar la explicación de dichos personajes
Apareció en el escenario imaginario, Cronopio
Poeta y artista a-social de la vida,
Frente a la imagen imponente de los fama
Banqueros, oligarcas y presidentes
Junto a las esperanzas
Individuos que juegan ambivalentes su conducta
Entre los famas y los cronopios
Y que van a la deriva queriendo encontrarse
Con nadie,
Más que con su propio ego de clase media
Me dejé llevar por la noche, día
Que poesía leer a Cortázar y escuchar a Stravinsky
Y sentir los versos de Cocteau
¨ Mais qu’est-ce que j’ai donc ?
Mais qu’est-ce qui m’arrive ?
Je dors. Ne pas dormir m’est dû.
À moins que, si je dors, je n’aille à la dérive
Dans le rêve où je t’ai perdu.¨
Jean Cocteau
Terminado el concierto
Me quedé bebiendo whisky con Cortázar
Y ante la humareda de tanto cigarro,
Respire profundo
Antes de despertar del sueño
En la oscuridad del día
aapayés