Qué opaco está el día
No sabía, ¿ni por qué, ni cómo?
Pero me dejé llevar, por el camino al purgatorio
Anonado por las circunstancias
Me tropecé con la raíz de las dificultades,
Y entre tanto jaleo, los ángeles
Le dispararon tres tiros al silencio,
Explotaron de alegría, las nubes
Y de repente aparecieron los rugidos, truenos
Del susodicho personaje, vestido de blanco
Argumentando ser, el ser de lo que es,
Nadie dijo nada
Excepto el ciego, que le grito
¡Nooooo!
¡Ese, ser soy yo!
Se desnudo y emprendió el debate
Nadie decía nada
Solo se escuchaba la oración, olvidada en el sofá
Y doblada en el escritorio
Del que escribía, las dificultades de cada quién
Sin saber quiénes le dictaban
No argumentaron nada nuevo
Se despidieron
Y el ciego, voló por las nubes
Mientras que el otro ser
Se esfumo, como había llegado
De regreso, me dedique a pintar las palabras
Nadie las leía, solo acariciaban los colores
Un día seré
El que camine con él
Para mostrarle el verso de su destino, mi destino
En la soledad obtusa del silencio
aapayés