En las butacas de un teatro abandonado
Me encontré leyendo tus versos
Un aguijón de ideas
Alborotaron la intención
De escribir un grito en la oscuridad
La rebeldía
Se hizo eterna
Y nacieron luciérnagas
En pleno día,
Con el calor intenso
Y sofocando la ironía
Se volvieron una caricia
En la oscuridad del tiempo
La realidad invadió el escenario
Y la actuación
Inicio a las ocho de la noche
Sin público en las butacas
La ausencia brillo
Como una luz perdida
De la luciérnaga fugaz
En el bosque del silencio
Y de la nada
Los aplausos se escucharon,
Y un grillo cantó
La encrucijada idónea,
Para escribir un verso
Iluminando el escenario
aapayés