Devorando la mañana
Con la luz de la vela acuestas
Torciendo el silencio opaco de la vida
Una carcajada de cenizas
De un cigarro recién compartido
Meriendo la melancolía
De ese amor en desbandada
En el horizonte ecléctico del purgatorio,
Armonía perdida
En el manicomio de la ternura,
Dulzura celestial
De un cigarro esfumando la vida,
De un ciego acariciando la vela en el silencio
Heme aquí bebiéndome el aliento
Leyendo tu alma,
Que ilumina la ceguera en el amor,
Que merienda tu silueta
Con la lectura implacable al deseo escrito
En el escritorio de tu despedida
Meriendo la luz del tiempo
Con la vela acariciando mi nostalgia
aapayés