Nocturnos pensamientos
Cabalgan a diario por mis huesos.
Cabizbajo, los encuentro
En lecturas cotidianas del silencio...
Destruyo en ellos
Miniaturas plegarias seculares,
Sin cesar y con rigor, para hacerte mía.
Y así, en siglos enunciados
Y milenarias palabras en versos convertidas
Descubrí tus letras cómplices de las mías
Recorriendo el camino río abajo
Hasta llegar a esa ternura cristalina.
No recuerdo cuándo,
Ni dónde encontré tus pasos.
Ecos seglares dictan,
Sin temor y con vigor,
Parpadeando al compás de tus deseos
Los puntos suspensivos de tus pechos.
Y si apenas respiro tus mejillas
Inhalo sensaciones mayúsculas,
Porque en el texto de tu cuerpo doblegado
Rezuman exquisitos versos nuevos
aapayés