La tarde apenas comienza
Y los trozos del día se apuñan en mis dedos
La luz del sol
Interrumpe la cicatriz del verso
Y el poema se esparce en la habitación
Desnuda de melancolía
Los cristales del tiempo
Arropan el brillo taciturno del día
La tarde invade el espacio
Y el aroma a sueño
Se enriquece con el verso dormido en los dedos
Pululan las quimeras
En la habitación de tentaciones
La tarde se hizo aroma
Y adorna el silencio en la poesía,
La soledad se marchita
Y brilla como el sol la tertulia jubilada
De un beso en el rincón del tiempo
Escribo
Y la tarde de vuelve fresca
Con las letras dobladas en las pestañas de la cama
Es verano
Y el sol enriquece las caricias escritas
Con los versos coquetos del día
La tarde apenas comienza
Con el suspiro imaginario en tus labios
Y las llamas de los dedos
Acarician el teclado de tus pechos
E hilvanan la ternura de tus besos
La tarde apenas comienza
Con los versos adornando,
El brillo manantial del tiempo
aapayés