No dejo de sentir tu mirada
Taciturna y vacía
En el horizonte de mis emociones,
Me refugio en tus cabellos
Acariciando la nostalgia acorralada
Acomodada en tu almohada
Y en la cama de tu cuerpo
No dejo de versar tu nombre
Sin un atisbo a tus deseos
De seguir leyendo la poesía
Que nace de tus manos
Y de tu cuerpo desnudo
En el libro de mi escritorio
Vacío y solo
Me doblego a tus caricias
Y a tus miradas lejanas de amor por la poesía
Tu poesía
Mujer
Verbo de mis tentaciones escritas en el cielo
aapayés