Sacudir la memoria
De las virtudes ajenas al verso,
Cualidad insipiente a lo obsceno
Voraz y verosímil tentaciones de un beso
Acorralado al suplicio imaginario del silencio
Sacudir el silencio imaginario
En la soledad misteriosa de un gesto humanitario
Con la hormiga desfilando en la ventana,
Un rayo de sol
Acariciando la mañana
Y la montaña acuífera silueteando la ciudad
Sucumbir a la memoria
Ajena a ti, bajo el brillo muscular de la luna
Me desnudo,
Cual soledad abandonada
Para vestir de ilusión, mi agonía
De perderme en el obtuso misterio de la duda
Sacudir el alma
Del verso que dejó de ser poesía,
Las mañanas bajo el humo del cigarro
Y del olor de un café recién parido,
Un sorbo amorfo de la vida
En el amanecer misterioso de mi agonía
Sin escribir una coma
Acurrucada en mi pecho
Tentación de seguir viviendo,
Creyendo en la poesía misteriosa de un beso
Sacudir la vida
De todo lo que se aglutina en mi memoria
A ti como a mi
aapayés