No hay palabras
que palpite tu presencia,
tu inmaculado deseo de amarte.
Un rocío de sueños
invadió la poesía,
el verbo escrito
con tu cuerpo delineando tentaciones.
Y tú, ahí, pura
tan hermosa,
tan fuerte,
tan tierna,
tan presente,
que ocupas el espacio matutino
y el nocturno deseo de tenerte.
Un verso de amor
con tu cuerpo;
un grito de pasión
con tu presencia.
Seductora imagen
del beso escrito en tus labios,
de tus piernas abiertas a mí,
cual virgen ausente en la poesía.
Que la pasión de la palabra
sea el génesis existencial
de tu presencia:
un beso y un verso
deletreados
en cada esquina de tu cuerpo.
Manantial de sueños
en el paraíso literario,
para enlazar
el poema más elocuente
a tu belleza, compañera
de la poesía literal.
A tu lado y de la mano,
bebiendo un sorbo de ti,
con tu cuerpo delineando tentaciones.
aapayés

