Irradias una luz con tu presencia
Que mis ojos
Ciegan la ternura de tus pasos
El ritmo de tus cabellos
Y la ternura de tu silencio
Acarician el latido constante
De mis pulsos por las venas
De la poesía
Que grite mi silencio por ti
Y que la lluvia de tu presencia
Ilumine la tentación de amarte
Una y otra vez
Cada segundo el resto
De nuestros versos
aapayés