Me sentí tan cómplice del silencio
Que solo escuché
Los latidos ausentes de tu cuerpo
En el momento menos esperado
De mi agonía literaria,
Un acento perdido en la palabra
Y una coma
Pidiendo respuesta
En el verso que palpita tu presencia
Me sentí cómplice de mi silencio
Que el poema escrito
En la sala de tu alcoba,
Es tan cómplice con la almohada
Acariciando tus piernas
Que un beso en medio de tus pechos
Me devoró la nostalgia
Escribiendo poesía con tus deseos
Mover tu cuerpo
Al ritmo sincronizado de mis movimientos
Deseando tus labios
Mordiendo el sexo de mis tentaciones
Me sentí tan cómplice de ti
Que solo así me siento verso en tus labios
Y en tus piernas
Un poema seduciendo tus orgasmos
aapayés