No he dejado de gritar tu cuerpo
De escribir tus labios
De recitar tus caderas
De palpitar tu sonrisa
No he dejado de caminar tus cabellos
De acariciar tus ojos
De hacerle el amor a tus poros
De beberme tus pensamientos
No he dejado de amarte en mi silencio
En mi poesía
En mis metáforas
En mis escritos coloquiales de los versos,
De ternura
De pasión a grito abierto, a tus piernas
A tus brazos
A tus besos
A tus pechos
A tu pubis
Movimiento escondido de tu cuerpo
No he dejado de sentir tus manos
Tus labios en mis deseos,
Tu lengua dibujando mis pasiones
Y tu boca esculpiendo mis secretos
No he dejado de ser el que te ama
Él que quiere compartirlo todo
Él que aspira caminar contigo
A cielo abierto y de la mano,
Para hacer de tus errores mis conquistas
No he dejado de sentir que me amas,
El verso cotidiano de tu nombre
Se transforma en verbo infinito de lo nuestro
aapayés