Bebo la vida a sorbos,
en un trago de imaginación
que pulsa en mis venas
y en el corazón abierto,
a todo, literalmente a todo.
Pero no estás tú.
Solo el recuerdo matinal
de lo que fue:
un beso robado
el día que nos despedimos
sin decirnos adiós.
Un rincón cerca del cielo
y un paso al infierno,
siempre que pienso en ti.
Bebo la vida
y el tiempo que nunca fue,
en las estepas de la ternura,
abandonado en el rincón del olvido.
Bebo el silencio
de no expresar
la pasión que devoró la nostalgia;
poesía de un instante perverso,
de un deseo desequilibrado
en la cama de mis tentaciones.
Y aquí me quedo, sin pensar
que me he bebido la vida sin ti.
aapayés

