En el cubículo
De tortura
Solo estabas tú,
Abrazando mi conciencia
Frágil y ambigua
En medio de la tormenta
No dejé
De sentir tus manos
Y el aliento literario
De tus principios
Rojos y amarillos del pueblo
Cual auténtica lucha
Hecha verso
En la poesía de un pueblo
En el cubículo de tortura
Solo estaba yo
Con la imagen partida en mil pedazos
Hecho gritos
En la ausencia de mi memoria
La luz que invadió
Mi silencio
Se quedó grabada
En los labios de la esperanza
En los puños alzados del pueblo
Nunca estuve solo
A pesar de la soledad
Oscura y escrita en mi piel
Cual cuerpo torturado
Esperando la muerte
Un atisbo de amor
En medio de las tinieblas
En armonía con la lucha
No me quedó otra
Que seguir luchando
En medio de la indominia
Suelo pensar en mí
En medio de las tinieblas
Perdido y solo
Aún después de los años
Sigo aquí
Siguen allá
Los hechos que nos hicieron
Loco por un mañana socialista
aapayés