Tengo la soberana certeza
De amarte
A pesar de estar en armonía
Con la incertidumbre de encontrarnos
En algún rincón de la poesía,
Un verso maquiavelico
Con la coquetería de un beso,
En la espalda del pecado original
Del verbo escrito
En los pechos de tus deseos
Tengo la soberana certeza
De sentir
La ausencia orácula
De un verso denudo
En el país de tu cuerpo
Soberano e independiente
De cualquier invocación
A la lectura labial de tu cuerpo
Dostoievski
Me grito con sus letras
Deteniendo el tiempo
Para dar paso
A la eternidad espontanea de una caricia
Tengo la soberana certeza
De llevar en las venas
Una caricia de tu poesía
Alineando la sangre de mis versos,
Déjame sentir en silencio
La pasión que pulula en los dedos
Al escribir tu nombre en la poesía
Llevo literalmente tu nombre en la poesía
aapayés