Somos culpables
De la conciencia
Ingenua y torpe
De una visión amorfa,
Escribo siempre
Con tinta sangre
En los pergaminos del renacimiento
Botticelli me sorprendió
Con las imágenes intensas
De el infierno de Dante,
No por creer en el infierno,
Si no, por la memoria colectiva del pecado
Primero soy y leo
Después pienso e interpreto,
Interesante manera de vivir
Viviendo,
Raras son las palabras
Solidarias
Con un beso y abrazo
Lleno de amor
En el bosque del infierno
Estoy esperando besar la muerte
Y con un guiño
Despedirme de la vida
Soy un sedentario ingenuo
Que trasciende
La visión de amar después de muerto,
Las palabras escritas
Gritan,
Son vivas
Aunque muerto
Seguirán gritando
Por los siglos de los siglos,
Como seguimos hoy
Leyendo a Dante
Y apreciando los dibujos de Botticelli
Con la memoria colectiva del pecado
aapayés