Escuché caer la nieve
Esta noche
Implacable era el frío
Me comía las vísceras
Mientras la ciudad dormía,
Yo vagaba con mis pensamientos
En ese lugar cálido de mis recuerdos,
Se congelan las palabras
Y se derrite la nieve en mis manos
El frío quema,
El sentimiento es ausente
La ciudad me abriga
Y me convida a beberme el tiempo
Esta noche el frío quema
Ya no siento mis pies
Los pasos desequilibran la memoria
Que se quedó dormida
En el congelador de esta ciudad
Huérfana de tantas caricias
Escuché caer la nieve
Humedecían mi rostro
Y empalidecían mis sentidos
Ya olvidé la razón
Por la que escribo estos versos
Esta ciudad
Impregna sin querer en mis venas
El latido marchito de amor
Que un día palpito en mis dedos
Se enfrían mis manos
Y con la nieve que moja los versos
Mis dedos son como las alas
Que se ausentan por el espacio
Sin sentido
En pleno frío de mis versos
En pleno invierno me cobijo
Y enloquece la poesía
Ya olvidé la razón de estos versos
Esta noche sin sentido
He dejado de palpitar tu nombre
aapayés