La noche de vida o muerte.
A mediados de la semana de estar secuestrado y desparecido en las cárceles clandestinas de los escuadrones de la muerte de la Policía de Hacienda de El Salvador.
Me llegaron a sacar a media noche, de la celda donde me tenían en medio, de pie, todo el tiempo vendado de los ojos y con los manos hacia atrás, y esposadas, sin dormir, sin comer, sin agua y sin nada de ropa, solo el pequeño short que me habían puesto los verdugos del régimen al llevarme cuando me secuestraron.
Me sacan tres elementos fuertemente armados, y me llevan a un vehículo particular, sin placas, vidrio polarizados.
Esto lo hacían cuándo sacaban a los secuestrados y los llevaban a matar, y dejarlos tirados en los basureros de Mejicanos, Cuscatancingo, Santa Lucía, en el Playón...
Llegamos a un río o lago, me sumergieron complemento en el agua, y me disparaban cerca de los oídos, con un sonido espeluznante y aterrador, de sentir el impacto perforar mi cabeza en cualquier momento, así me tuvieron por un tiempo, podrían haber sido la una o dos de la madrugada. Después de un tiempo. Me sacaron y me volvieron a llevar al vehículo y en medio de la carretera, no sé cual o hacia donde era esa dirección, sé que era una calle helada, fría complemento pagado a mi vientre y pecho.
Uno de ellos colocó mi cabeza de lado y con la bota en el rostro la contramano al asfalto y gritó "DALE" y el vehículo arrancó y se acerco a mi cabeza una de las llantas del vehículo y la puso pegada a mi cabeza, que con un cálculo profesional, encendía y aceleraba el motor moviendo con una fuerza calcula que rozaba mi cabello una y otra vez por un tiempo.
Mi pensamiento siempre fue, que ese día al amanecer, mi familia encontraría mi cuerpo vendado de los ojos y amarrados de los dedos pulgares de las manos hacia atrás sin ropa quizá con el short que me habían puesto...
Fueron los tiempos de lucha revolucionaria en El Salvador y tiempos de esperanza.. a pesar de todo
aapayés

