La pesadilla de escribir lo absurdo

La pesadilla de ser indigente
Se aplica a los parágrafos anónimos,
En las calles de los libros perdidos
Sin sentido o con el sentido extenso de un delirio,
Le sonroja la nostalgia desnuda
En las ventanas de un acantilado

La pesadilla de escribir lo absurdo
Editorial ausente,
En sintonía con la mentira

Las elecciones son el perfecto estado
A la hipocresía desnuda y absurda
Del reality shows, pioneros de la estupidez

La pesadilla se caga y se orina
En los medios de desinformación gratuita
Al espectador excluyente de la suciedad

Sociedad putrefacta del sistema actual

aapayés

Emancipamos la palabra de los olvidados

Si de mi mano te doy justicia,
Qué harías si no existiera la esperanza
Que cosquillea a tu lado
Como queriendo ser libre,
En una ciudad sumergida en el egoísmo
Que habita y carcome la ternura
Y entristece la mirada

Si de mi mano te doy justicia
Que haríamos si los dos
Emancipamos la palabra de los olvidados
Y castigamos a los sordos ante la miseria 

Dale la mano al amor
Y la vida será la esperanza de todos

aapayés

Sin limites

Hay limite para todo,
Pero cuando estoy contigo
Los limites no existen

aapayés

Un bohemio desnutrido en la poesía

Aprendiz de ideas
Sumergido en el hospicio espiritual de la duda
No deja huella,
En el amargo corazón de la vida
Trasciende ciego y sonriente
Al edificio imaginario de un hogar sin techo
O con el techo entusiasta
De un amor solvente de dificultades

Una idea olvidada en el escritorio
Abandonada,
Esperando ser leída con optimismo
Con la esperanza ingenua de un futuro cierto,
En dos palabras escritas
Como esperando ser aliento en tu desdicha

Una idea espiritual
Emancipando sueños

Nostalgia anónima maniatando miedos,
En el escritorio de un poema
Que apenas tiene sentido

Aprendiz de ideas
Con la locura desnuda en las calles
Del libro en las cloacas del alma

Tuve una duda,
Y la duda
Me disparó al universo de la locura
Con la idea de ser
Un bohemio desnutrido en la poesía

Aprendiz de ti,
Sin saber por qué
Amo tus debilidades

aapayés

No tengo la costumbre de soñar despierto

No tengo la costumbre de dormir despierto
Hurgar en los escombros del alma,
Para encontrar las respuestas
Que nos carcome la existencia,
Siempre es delito para el silencio
Por que sentir la frescura de la verdad
Dicha en los arrecifes,
Supone coherencia en las acciones
Si se ha dicho con el aroma a justicia interna,
Espiritual bohemio en las tentaciones de un secreto
Que deambula sin expresar un ápice de rencor
En los mas profundo del sentimiento

No tengo la costumbre de soñar despierto
Pero si la habitud de creer en ti
Aún en las peores condiciones humanas,
Un sorbo de café frente a ti
Alimenta la esencia espiritual de tus pecados,
Y eso nos hace libre de lanzar la primera piedra sin reproches
No para agredir el alma
Si no para sanar el silencio original del pecado

No tengo la costumbre de robarte un beso
Ni una caricia,
Si no está escrita con la ternura de tu presencia,
No existe la verdad en el amor
Si no está tatuada en el pecho de tus deseos
De amores vitoreando tu existencia
Y de los versos robados en tu sueño

No tengo la costumbre de soñar despierto
Pero si la habitud de creer en ti

aapayés

Tener el aliento de tus espasmos

Desde que conozco tus labios
No dejo de soñar,
De tener el aliento de tus espasmos
En el lecho del placer cumplido

aapayés

Del beso enquistado en el firmamento de mis ojos

Veo mis manos
Y veo el rostro de tus caricias
Alborotando tentaciones
Las venas se expresan con alegoría sensación
Del beso enquistado en el firmamento de mis ojos
Los que te devoran desnuda
En la constelación de la cama
Acomodando las estrellas del deseo

Veo mis manos
Y mojo con los labios las palabras escondidas en tus cabellos
En tus oídos entono mi aliento del deseo,
Anonadado por el cuerpo de tus pasiones
Me desvanece y me derrite la soltura a ti,
En ti, por el amor escrito en el cielo de tus besos
De tus ojos sonriéndole a la poesía
De mis labios humedeciendo tus sentidos

Veo mis manos
Y palpita en ellas el corazón de tu presencia
Las envuelves con el calor de tus dedos

aapayés

Las noches solitarias del pensamiento

Cuándo desnudo las manos
Las noches solitarias del pensamiento
Trasciende la obsesión testaruda,
De un verso marginal y loco,
Intransigente teorema a lo desconocido
Puntos y seguidos,
En los renglones de los deseos
Y en los dedos de mis locuras

Cuándo me desnudo los labios
Las palabras brotan sin tapujos
Al pronunciar tu nombre con mis ojos,
Y con versos dibujar tu cuerpo
En la oscuridad del silencio

Me acaricia la nostalgia
Con el brillo imaginario de la luna,
En la habitación de la noche de tus caderas

Un verso desnudo en la esquina de tu cuerpo
Merodea un guiño sonriendo
Al costado de tus secretos

aapayés

Con la poesía de tus manos

Si tus manos dibujaran mis  deseos
Los pintaría con los colores de tu cuerpo
Enlazados al masculino gesto brusco de tenerte
Un beso en tus ojos
Y en tus manos mi palpitar deseo a ti

Si tus manos acariciarían mis sentidos
Acabaría en la cama de tus pasiones
Con la mirada puesta en tu boca
Y con mi cuerpo arropando tus suspiros

Si tus manos escribieran versos
Recitaría con mi sexo
Los muertos de mi locura por tu cuerpo,
Sonriéndole al cielo de tus caderas

Acariciando mis deseos
Con la poesía de tus manos

aapayés

Desván obtuso en la soledad escrita

No dejaré rastro en los poros de mi agonía
Dispararé sin prejuicios
Los muertos escondidos en mis entrañas
Para desahogar el fruto prohibido del deseo
Con las manos abiertas a ti
Vitoreando con los gestos del placer cumplido
En la promiscuidad del silencio
Desván obtuso en la soledad escrita

No dejaré rastro del amor erguido en ti
El resto de nuestras tempestades
Enlazando los versos mas sublimes del universo
En plena selva extranjera de tus senos
De tus piernas abiertas
Al beso sin prejuicios a tus deseos
Devoraré sin tapujo el néctar de tus encantos
Con alevosía insaciable a ti
Y con el verso mas coqueto de tus labios

No dejaré de beber la poesía de tus deseos

aapayés

Las ideas son el pecado original de la creación

La ocurrencia tiene un aliento a creación,
Un grito en el alma
Arrinconando la existencia llena de colores
Deseando parir ideas

Las ideas son el pecado original de la creación
Un meollo de la cuestión,
Preguntas sin respuesta
O la aniquilación del debate por ser libres,
Un hazme reír de la inquisición
Al pensamiento de ser hombres de la verdad
Creadores de su propia historia

Las ideas son el pecado original del hombre

aapayés

Arropando el sueño provocador de tentaciones

No encontraba las palabras idóneas
Para expresar los gestos de mis ojos
De mis labios al masticar tu nombre
Tu semblanza a ironía
Me robó el suspiro de una mariposa
Coqueteando en la ventana con su vuelo

No encontraba las palabras
Para recitar tus movimientos en la cama
Con la sabana acariciando poros
Y los parpados de la noche
Arropando el sueño provocador de tentaciones

No arropé la sonrisa, con el beso en tu mirada
Que alborotaba las pestañas recién despiertas

No encontraba las palabras en la almohada
De tus besos,
Hasta que encontré tus senos con mis labios
Y los convertí en volcán
Con la desnudez de la lengua
Y los mordí con los ojos
Y con mis palabras los hice versos
Humedeciendo tus sentidos con los míos

No encontraba las palabras en tus cabellos,
Hasta que supe decir amor con mis suspiros,
Y con los gestos bruscos de mis locuras en la poesía
Dibujé los espasmos de tu cuerpo
Arrinconando el solido verso en tu secreto

No encontraba el verso en tus pupilas
Hasta que vi el rostro de tu orgasmo,
En la poesía de tu nombre mujer

aapayés

La distancia de un amor curtido

Entre tu y yo
Hay dos caminos que separan
El ritmo de nuestros pasos
A su destino,
La distancia de un amor curtido
Y la palabra olvidada en el escritorio
Sin sentido,
Y con sentido literal de la discordia

Entre tu y yo
Hay dos caminos
Con direcciones escondidas
En el almacén del olvido,
En las tentaciones del silencio
Amortiguando los deseos de amar

aapayés

No pude guardar el calor de tus labios

No guardé el calor de tus manos
En mis labios
Ni el beso de tu mirada
En mi pecho

Olvidé doblarlo en el bolsillo del corazón
La noche que torcimos el silencio
Con el llanto celestial de la luna,
Brillo espiritual de tus ojos
Moldeando las caricias de poesía

No pude guardar el calor de tus labios
Con la ternura de tus cabellos
Ni con el gesto sensual de tu cadera

Me quedé con el adiós imaginario
De un suspiro inmaculado,
De tus piernas
Esperando en el camino de la noche
El beso de un amor en armonía con la luna

No pude guardar el espasmo de tu cuerpo
Con el ritmo acelerado de mis deseos

No guardé el calor de tu cuerpo
En el latido acelerado de mi sexo
Ni en el libido reciproco de nuestros besos

Un apretón de manos
Culminó con los latidos de nuestros labios
Y con la mirada perdida,
Y la sonrisa del placer cumplido

aapayés

No tengo aliento en los ojos

Me siento como un hormiga
Solo en la quietud de la noche,
La soledad me abraza
Y me alinea al silencio de mis manos,
No tengo aliento en los ojos,
Para seguir copiando los poros de la nostalgia
Me hace falta el néctar de tus labios,
Para beber el suspiro del alma
Y pintar en poesía los silencios marchitos de la noche
Dormido y solo
Coloreando los parpados del sueño

Me siento como la hormiga
Diminuta y frágil
Esperando la tormenta de poesía

aapayés

Un verso a media noche

Las noches son el hazme reír del silencio
Un verso a media noche
Y una mordida en el labio
De un beso abrigando deseos
Y las pasiones calcadas con las manos
En las letras de tus senos
Enamorando la ternura de tu almohada

Las noches son el beso
De un verso enamorado
Una mordida susurrando tu oreja
Y mi lengua humedeciendo tus sentidos
Un suspiro en tu oído
Con el jadeo de mi cuerpo

La noche es un verso desnudo
En la cama de tu cuerpo

aapayés

En el abismo de las dificultades

Estoy al borde del suicidio
No soporto el dolor en mis sueños
En mis manos torturando poemas
Las lagrimas son cada vez un rio sin rumbo,
Y el beso
Un arcoíris de grises en el cielo
Las nubes me abrazan
Y asfixian mi silencio

Estoy al borde del suicidio
No soporto verme en el espejo
Me carcome la sonrisa ausente
En el abismo de las dificultades

Estoy al borde de perder la vida

aapayés

Un amor anciano de vivir el silencio

No sabía contar,
Pero miraba al cielo por las noches
Y escribía versos en el firmamento,
La poesía
La pintaba cómo contando los granos de arena del mar

No sabía cantar,
Pero entonaba el sueño del viento
Las noches de luna llena,
Y lloraba como los días de lluvia en ivierno,
En verano sonreía
Y en otoño dormía,
En primavera recogía las rosas
Y el jardín desaparecía en su poesía

No sabía contar,
Pero brillaba como las estrellas
En el infinito azul del tiempo

No sabía contar,
Pero amaba incondicionalmente
La palabra

Un amor anciano de vivir el silencio

aapayés

Hay un amor ausente en la poesía

Hay una lagrima en tu seno
Acariciando mis deseos
Una noche de tantas
Marginal tentación de un verso en tus labios
En tus ojos enarbolando sueños

Hay un libido en mis recuerdos
Que derrama poesía en tu mejilla
En tus labios deletreando lujuria

Hay una ausencia en las comillas
Que trasciende las comas y puntos de tus manos
En los poros de la noche
En los labios del silencio

Hay un amor ausente en la poesía
Guardada en el baúl de los secretos

aapayés 

Masticando el beso ecléctico en la poesía

Solemne fue el adiós,
Todo cambia
En la distancia
Si está teñida con tanta mentira,
Una aguja enquistada en el corazón
Y el ojo sangrando versos,
Un abismo en el silencio,
Maltrecho amor de un acontecer solitario,
Un punto en medio de tu almohada
Y un sofá en el pasillo de tus caderas

Solemne y espiritual ritual de tus manos
Al acariciar tus cabellos húmedos,
El pasillo de tu mirada
Entonando el canto fiel de tus pasos,
Incógnito en la poesía

Un adiós solemne en el olvido
Masticando el beso ecléctico en la poesía 

aapayés

Un acento incorrecto en el silencio

Miro con lucidez ajena
Las maravillas que de la poesía
Brotan en silencio,
Incorregible instante de parir ideas,
Sentimientos atados al interior efímero del ser
De cada momento vivido,
Aislados en el anonimato de un verso profano
Que nace en el acantilado del alma
Prófuga del amor incondicional a la poesía

Miro con lucidez ajena
Las maravillosas  palabras,
Que deambulan por los orificios del tiempo
Maniatados al ritmo fugaz de la vida

Miro las letras prohibidas
En la biblioteca solidaria y perversa,
Del perpetuo testarudo
Y homicida ser humano de la palabra

Un acento incorrecto en el silencio
Un eco en el acantilado,
Desentona la poesía que nace desnuda
Desde las vísceras del sentimiento,
Para purificar
La lectura en los andamios del porvenir,
Incluyendo los patrocinadores de la exclusión

Miro con lucidez
Los acontecimientos que nos hacen
Abyecto a la poesía solidaria y llena de amor,
Por las letras impresas
En las cloacas de los periódicos
Prostituyendo el pensamiento

Miro con placida lucidez
Tu cuerpo desnudo en la poesía

aapayés

Un sueño mendigo en mi silencio

Un sueño mendigo
Un paso escondido
Acarició la audacia de su presencia

El sueño preguntó
-¿Estás cansado?
No.
Respondió con la sonrisa en sus manos

Un verso doblado en la mirada
Con el tinte oscuro de la noche
Y el brillo melancólico de la luna
Increparon la suavidad del silencio

Guardé en el bolsillo de los recuerdos
La esperanza partida en dos,
Para que pudiera entrar en la herida
La poesía disparando sueños

Un sueño mendigo en mi silencio
Un espejo frente al sol
Iluminando el cuarto de mis tentaciones
Día y noche,
Para escurrir el tiempo
Que embriaga el llanto en sol mayor de las dificultades

Un sueño tirado en la calle
Queriendo encontrar los pasos de su destino
Los pasos de su cariño espiritual de amar

aapayés

Las caricias abandonadas en la cama

Suelo desnudar la mirada de Monalisa
Con el color de la lluvia de caricias
Y con el brillo de un beso,
En el pezón de sus colores

Suelo gritar en silencio
Los deseos marchitos de mis tentaciones,
Murmullo a solas
Las caricias abandonadas en la cama
Y doblo mis sueños,
En la almohada del olvido

Suelo desnudar en silencio
Todo

aapayés

Rompiendo el protocolo de soñar despierto

Es posible que sin sentir el viento
Puedas encontrar la esencia de la vida
En el mar
En la montaña
En el desierto
O por el camino, sin darte cuenta
Lo embelleces con tu presencia
Con tu marcha agitando el tiempo

Un atardecer te hará sentir la brisa
Puertas a la noche fresca al reposo
Del amor
Del placer de dormir,
De acariciar las sabanas de tu cuerpo
La almohada de tus piernas
Y los cabellos con brillo de la noche

Un beso silente tierno y sigiloso
Rompiendo el protocolo de soñar despierto
Abrazando el cuerpo de tus deseos

Es posible que sin saber
Acaricias los labios fresco de tus secretos
Con el varonil deseo de mis silencios

Es posible que sin saber
Vivas los mejores momentos de tu tiempo
Leyendo poesía
Bajo la luz de tus ojos
Con el brillo tierno de la luna en tus manos

Es posible que sin sentir al viento
Me doblegue a su ternura
En los brazos de tu alma

aapayés

Quiero creer en la ilusión de vivir tus labios

Ese bozal de ilusiones que paraliza los labios,
Es la boca queriendo parir sonrisas
Con las hormigas diminutas de tus secretos,
Un arcoíris desentona tus pupilas
Y el sol paraliza tus encantos,
Con la lluvia que nace en el silencio
De un grito escoltando tus suspiros,
Manantial ecléctico de un acontecer literario

Ese bozal de ilusiones
Desorientando tentaciones,
Nacidas en el firmamento de tus cabellos,
Quiero creer en la ilusión de vivir tus labios
Con tus besos en silencio
De un libro abierto presto a conquistar tus ojos

Ese bozal de amor que prohíbe ser amantes
Entregado a todo lo que en el alberga,
Fruto de la ingenuidad del verso en la poesía
Arrinconando el silencio en la lectura

Quítame el bozal imaginario,
Para poder gritar el amor en tus costillas,
Y besar tus pezones
Con la ternura y calidez de la lengua en sus caricias,
Un beso, es lo único que pido en tus mejillas
Unas caricias en tu espalda
Antes de dormir a tu lado

aapayés

Oprobioso estigma del anhelo de escribir

Debo de beber la ironía
Con un sarcasmo insólito en la poesía, 
Versículo de un gesto borroso
En las letras del entusiasmo mal entendido,
Oprobioso estigma del anhelo de escribir
Lo inexistente en la literatura inconclusa

Ingenuo y tentador beso
De un verso incrustado en la mejilla,
Una jaula de vuelos en la mirada
Y en la cabeza un adorno de besos
Cubriendo la lectura imaginaria
De un gorrión en pleno vuelo hacia la libertad

Cuánto deseo ver tus ojos en la ventana
Con el brillo inmaculado de tus labios
Vitoreando lo absurdo con tus cabellos,
Recuerdo tu sonrisa y me pierdo en el cielo
De la ironía de amarte loco y bohemio,
En las calles de la poesía de tus manos

Debo pintar lo absurdo
Extremo sentimiento a lo prohibido de vivir amando
De vivir soñando 

aapayés

Acariciando la arboleda de mi nostalgia

Me estoy quedando sin aliento
Sin ese deseo de vivir
De sonreírle al tiempo,
Al silencio descuartizado del alma
De la poesía o de la palabra, muda

Me sumerjo al capricho
Del aleteo perdido de un ruiseñor,
Del sonido en la montaña del manantial
Cauce del sentimiento al amor crucificado

Me sumerjo en ti
En cada suspiro de la ciudad
En cada sonido del viento,
Acariciando la arboleda de mi nostalgia
Diminuto elixir de un beso imaginario,
En el cuello de tus versos
En el aroma de tu mirada
O las tentaciones de tu almohada

Allí diminuto y frágil me desnudo en ti
Sin aliento, sin pasión y sin deseos,
Para escribir un verso en tus labios,
Para esculpir un guiño en tu sonrisa,
Un abanico de espasmos en tu cuerpo
Una utopía sin retorno,
Pero con la esperanza perdida en mi aliento

Me estoy quedando sin aliento por vivir
Buscando la esperanza en las dificultades de tus poros
En los silencios de tus cabellos

Me estoy quedando sin el animo de vivir
Sonriéndole al destino imaginario, sin ti

Allá me quedo esperando el aleteo del ruiseñor
Cantándole al silencio
Amando la vida después de la muerte

Me estoy quedando sin aliento

aapayés

Sonrojado en la mirada

Una silente respuesta
Es mas profunda y cruel,
Que un grito
Sonrojada la mirada,
Y maniatada con odio 

aapayés

Humedecieron el deseo de seguir escribiendo

Las piernas de tu jardín
Me provocaron a seguirlas regando,
El día que acaricie los pétalos de tus labios
Y el néctar de tu secreto,
Con mi lengua
Adelgazando tentaciones

Las venas de mi sexo
Expresaron el deseo de seguir viniendo,
Bajo el flujo de tus encantos
Y las caricias de tus manos
Y de tus labios entonando pasiones

Letras de mi nostalgia
Dibujaron el vuelo de tu cadera
Moldeando mi delirio
Versando movimientos
Con las manos de tu poesía

Las piernas de tu jardín
Humedecieron el deseo de seguir escribiendo

aapayés

Un día frío y monótono como de costumbre

La ocurrencia de mi vida
Fue creer que existo,
Un día frío y monótono como de costumbre,
En el anonimato estéril de mi elocuencia,
Conversé con el viento,
Con el ave, que se carcajeaba frente a la ventana.
La miré y in mediar un pestañeo,
Sonrío y se dio a la fuga,
Así como llegó a la ventana

La ocurrencia de mi vida
Fue creer que existo

aapayés