Me enternece el secreto
que florece en tu ombligo
y el perfil de un pájaro
anidando en tu sonrisa.
Es la dulce tentación
de acariciar el tiempo
con guantes de caramelo.
¡Qué sonido tiene tu calma!
Es la poesía con dientes de leche.
Me enternece
el silencio que gotea de tu belleza
y trasciendo
hacia el reloj de arena
que late en tu costado,
para ser
el verso que nace
en la jaula de tus cejas.
Me enternece,
sí,
ser un beso con raíces
y una caricia que construye
barcos de madera en tu espalda,
y la tentación
de escribir
un poema
con la tinta de tus pestañas.
aapayés

