Solvente
En la imposibilidad de ser
un algoritmo fiel
a tus anhelos;
una caricia aislada
sobre tu piel,
o un beso hundido sin retorno
en el mar del sentimiento.
Solvente,
esquivo y esquizofrénico,
de un despertar
en soledad,
ante el vasto llamado
de trazar
un verso
al borde del olvido.
Ya lo dije hace mil años,
cuando apenas
era polvo
en la estepa
de un mar seco,
allá en el lejano este de Mongolia.
Y fui desde entonces
grano de poesía
en la carne viva
de la tierra,
átomo errante,
aliento mínimo
en el cielo milenario
del canto.
Solvente,
al menos,
antes de convertirme
en sólo un suspiro
entre tus deseos.
aapayés

